¿A las 8 en la plaza?

Cuando ya dejamos atrás la infancia y la loca adolescencia, etapas para las cuales cada día encontramos más escuelas de atletismo o trailrunning que se encargan de dar una correcta enseñanza en los inicios de los futuros corredores, hay muchas maneras de iniciarse en el mundillo atlético, sea cuál sea la disciplina que practicamos.

Históricamente, esos locos que corríamos q cualquier hora del día, nos iniciábamos de manera individual, éramos nuestros propios maestros y alumnos a la vez, y por arte de magia, o por el grato arte de correr, nos íbamos agrupando en las esquinas o en las plazas. Éramos esos irreductibles en su gueto, encerrados en su mundo ajenos al resto del planeta mientras teníamos las zapatillas en los pies que adoptábamos para nosotros cualquier enseñanza que creíamos nos podía servir.

Pero los años pasan, y el hecho de correr no es ajeno a la evolución y revolución social. Si antes, en la prehistoria tecnológica, el mensaje para quedar para el próximo entreno era una palmadita en la espalda acompañado del clásico “nos vemos mañana a las 8 en la plaza”, ahora el golpecito se ha cambiado por una selfie.

Ahora pocos son los que se inician individualmente, de manera natural, por el simple hecho de correr. No, ahora no nos encontramos en las esquinas, ahora los gimnasios han tomado el relevo de las plazas como punto de encuentro y debate social. Y esto es bueno, si, porque no lo vamos a negar, correr por correr es duro, muy duro, más psicológicamente que físicamente muchas veces, y este nuevo punto de encuentro facilita mucho salir a correr el día que uno está bajo de moral, y sobretodo, nos permite hacerlo guiados por un profesional que nos ayude a cometer menos errores.

La sociedad evoluciona, y con ella nuestras costumbres. Cierto que el smartphone, con sus cientos de aplicaciones, se ha convertido en una inseparable parte de nuestro cuerpo, una pieza más de nuestro equipaje atlético, en el que confiamos plenamente y que creemos nos facilitará las cosas, pero al final, seguiremos siendo nosostros los que decidamos salir o no a correr, y en este punto nos van a ayudar más los compañeros de entreno que ninguna de las aplicaciones de nuestro celular.

Pero también es cierto que todo lo que sea incitar al ejercicio, a dar actividad a un cuerpo diseñado para el movimiento, es bueno, muy bueno. Y en la soledad de una habitación con la única iluminación de una pantalla, donde las apariencias son importantes, todos aprenderemos a aceptar que algo tan simple y prehistórico como correr tanto y tan rápido como podamos, se haya convertido en una religión social, con sus pros y sus contras, muchos en ambos casos, y sobretodo debemos aprender a respetar a todos y todo, a intentar enseñar lo que a nosotros otros nos han enseñado, porque algún día, aunque lejano, nosotros también fuimos novatos.

Y siempre nos quedará la plaza, por supuesto, a las 8, claro.

Xevi Guinovart es Director Técnico de Proyectos en The Trail Zone y Open Trail Races, con más de 20 años de experiencia en montaña y la competición nacional y internacional.

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